Escribo esto más consciente de mi
cuerpo y sensible a él que de costumbre... Siento las yemas de mis
dedos cuando teclean, siento mis nalgas en la silla, siento algo de
frío y el sabor dulce de la merienda en mi boca.
Aviso: ¡este es uno de los efectos
secundarios (o más bien primarios) de la lectura del libro “Diario
de un cuerpo” de Daniel Pennac!
Si os atrevéis a lanzaros a esta
experiencia extra(ordinariamente)-sensorial, os encontraréis también
pensando en vuestra densidad (“pero, cuando estoy rodeada de gente,
¿cómo me perciben los demás?, ¿de qué modo influye en el entorno
relacional mi presencia física?) y en la densidad de los demás
(“uy, mira, pues esta persona tiene una presencia física más bien
etérea” o, “caray, esta persona qué presente está en su propio
cuerpo”).
Y, en cuanto os descuidéis un pelo,
entraréis en el neblinoso asunto de lo visible y lo invisibilizado,
en esa frontera confusa entre lo socialmente expresable y lo
intímamente vivido.
Así, de la psicología a la
sociología, este libro resulta doblemente original: porque pocas
obras literarias han abordado el relato del cuerpo y porque vuelve, y
hace volver al lector, a ese origen compartido por todos, nuestro
cuerpo.
Nuestro cuerpo es una máquina muy compleja y muy bien preparada. ¡Hay qué ver la de órganos que tenemos y cada uno cumple su función!
ResponderEliminarYa veremos si me animo a leer el libro, aunque interesante no es un tema que me movilice.
Un saludo.
Me encanta tu blog! Amo leer :D Estoy creando mi propio blog "entrelineasylibros.blogspot.com" Aun no esta terminado y no se acerca al tuyo ni de lejos jaja, podrias darme algun consejo? Gracias por adelantado!
ResponderEliminarGracias por tu comentario Jesica.
ResponderEliminarDesde Fondo de Libros te animamos a la creación de tu blog. Consejos no podemos darte ya que seguimos aprendiendo día a día en esto de las bitácoras.
Mucha suerte con tu iniciativa.