Soy consciente que cuando uno recomienda con fervor un libro, una obra de teatro, una película o incluso un restaurante, lo más probable es que aquél que haya prestado oídos y se haya dejado seducir por las maravillas descritas por el descubridor, se encuentre con una realidad que pese a ser brillante, no alcanza las maravillas de aquello que se le narró.
Sabedora como soy de esto y aún a riesgo de opiniones futuras, confieso que he caído rendida ante la última novela de Rosa Montero.
La ridícula idea de no volver a verte, enlaza en un sólo libro, el dolor de la autora por perder a su marido y la no menos desgarradora soledad que reflejó Marie Curie en unas cuartillas que han corrido el riesgo de pasar desapercibidas ante la primera mujer poseedora de nada menos que dos premio nobel y en dos disciplinas distintas.
Sobrecoge el modo en el que el tiempo, el espacio e incluso caracteres tan diferentes como el de la escritora y la polaca más insigne de todos los tiempos, son capaces de encontrarse en un dolor común que no entiende de estas diferencias.
Las hojas se leen con voracidad y es casi doloroso tener que abandonar una lectura tan ágil como la que aquí se brinda.
Simplemente...magnifica
Nos seguimos leyendo.
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